El arquitecto de interiores Mikel Larrinaga reinterpreta en clave actual este viejo piso bilbaíno. Bajo una paleta extraserena, un listado de muebles vintage y guiños retro aportaron altas dosis de charme.
Los tonos tostados del mobiliario se alían con la claridad del ambiente. Procedentes de Apartamento 23, cuatro alfombras unidas delimitan la zona de tertulia, con un sofá de terciopelo y butacas de piel, de Urbana.
FORMAS CIRCULARES EN EL COMEDOR
La mesa con sobre de mármol, la lámpara y las sillas Plastic, que edita Vitra, son de Tokyostory. La alfombra se compró en Apartamento 23 y el perchero del fondo, en Del Veinte Galería. Al fondo, un retrato de Kate Moss encontrado en Persuade.
APROVECHAR EL PASILLO
En él, iluminado con focos empotrados, de Luz Bilbao, se ha organizado un vestidor mediante una hilera de armarios lacados, obra de Ana Rabanal. La colocación de las lamas del suelo potencia la profundidad del espacio.
VIGA AL DESCUBIERTO
La zona de descanso se enmarca con este elemento, que también le aporta un toque neorrústico muy acogedor. La mesilla años 50 procede de un desembalaje de Francia y la cómoda es de Ikea.
UN CABECERO SINGULAR
Protagoniza el dormitorio un biombo de tres hojas pintado en rosa palo, de Paul Ziarsolo. Los apliques Tolomeo de Artemide, con pantallas de pergamino, en Luz Bilbao. Sobre la cama, cojín con la bandera británica, diseño de Vivienne Westwood para The Rug Company.
CUARTO DE BAÑO
Lo personaliza un papel pintado, de Vap Decoración, en un tono muy cálido. El espejo de cuernas y los apliques se han adquirido en Bomarzo. La mesa de madera lavada donde se apoyan los lavabos procede de Isabel Madinabeitia.
RECIBIDOR
Lo ilumina una lámpara del techo, de Luz Bilbao. Sobre el aparador, de Urbana, la cabeza de un caballo encontrada en un desembalaje, y un grabado de los años 70 adquirido en Tokyostory.
TRES HUECOS DE LUZ
Se gradúan con estores enrollables blancos, que además dan continuidad a las impolutas paredes. La lámpara articulada de pie se ha adquirido en Luz Bilbao y la mesa de centro es un modelo nórdico de Del Veinte Galería.
UN ARMARIO MUY ESPECIAL
Para crear un impacto visual en el recibidor, el interiorista diseñó un armario con el dibujo impreso de los planos de la catedral de Valladolid. Una estética inspirada en las obras de Piero Fornasetti.
RASGOS PROPIOS
Un pilar de madera al descubierto, con las marcas del pasado, potencia la autenticidad del espacio. En primer término, mesitas auxiliares, de Del Veinte Galería, y una lámpara vintage con pie de cerámica, de Tokyostory.
PIEZAS CON HISTORIAS
Que aumentan el encanto de la arquitectura, como esta taquilla de hierro, en Isabel Madinabeitia, o las sillas Tulip encontradas en un mercadillo francés. La foto colocada en el suelo es una obra de Israel Coca.
VANOS XXL
Mikel Larrinaga diseñó las puertas correderas que se ocultan dentro de los tabiques «como en los antiguos pisos parisinos con salas contiguas». En la zona de trabajo, escritorio vintage, en Del Veinte Galería, y una alfombra encontrada en Apartamento 23.
ORDEN SIMÉTRICO
Una tela geométrica, de Vap Decoración, tapiza esta cama turca, idea de Mikel Larrinaga. Las mesillas auxiliares son de Arbe y las cartas de navegación del s. XVIII, colgadas en la pared, del estudio del interiorista. Delante de la puerta, una peana, de Tribeca, sostiene una letra de metacrilato comprada en Tokyostory.
LA COCINA, EN CEBRANO
Con el fin de establecer una nota de contraste frente al blanco predominante, Mikel Larrinaga eligió esta madera de veta muy marcada para diseñar los muebles de la cocina, situada en un lateral del comedor. Está organizada en un único frente de trabajo y se puede ocultar tras una gran puerta corredera lacada.
Paseando por el Casco Viejo de Bilbao, uno fantasea con lo que esconderán los imponentes balcones de las fachadas que trazan la tipología del barrio. Precisamente, uno de sus edificios neoclásicos, obra del conocido arquitecto bilbaíno Juan Bautista Belaunzarán, acoge el piso de la diseñadora de alta costura Mercedes Alameda, una de las fundadoras de Paredero Quirós. Al rehabilitarlo, la dueña quería dar con la fórmula para extraer todo el encanto de la estructura y, al mismo tiempo, dotarla de unas notas contemporáneas. Por eso, contactó con el interiorista Mikel Larrinaga.
Experto en recuperar este tipo de viviendas, ha aplicado una receta muy actual: «Queríamos transmitir autenticidad. Por eso, picamos algunas paredes destapando el ladrillo para dar fuerza industrial a la casa y eliminamos el falso techo, consiguiendo así más altura y dejando a la vista las viejas vigas torcidas. Después, teñimos toda la caja de color blanco con el fin de ganar luz y darle un sentido homogéneo y armónico». Para lograr un éxito rotundo, Mikel Larrinaga también cuidó al detalle la selección de calidades, colores y acabados.
Se reprodujo la antigua carpintería pintada y en el suelo se instaló una tarima de roble, a la que se le dio una mano de aceite mate que suaviza su color y aporta un cierto aire nórdico. De esta manera, se creó un entorno muy pulcro y repleto de claridad. Tampoco dudó a la hora de elegir tonos neutros para los tejidos. Así, la luz y las siluetas de los muebles vintage, absolutos protagonistas de los espacios, junto a lámparas del siglo XX y divertidas tipografías de colores, componen un atmósfera que destila personalidad ycalidez. IDEAS DEL INTERIORISTA MIKEL LARRINAGA (www.mikellarrinaga.com) Arquitectura al desnudo. Las paredes muestran ahora el ladrillo visto y se eliminó el falso techo para ganar altura: «Con la pintura blanca se borraron imperfecciones y se camufló la inclinación de algunas de las vigas». Estancias organizadas. Todas las zonas comunes comparten espacio para lograr un aspecto de loft neoyorquino y conseguir una fluida comunicación visual. Cada área queda definida con vanos, pilares, muebles y, sobre todo, textiles. Caldear la atmósfera. En el dormitorio el color nieve ha sido sustituido por un tono visón que sube la temperatura en los días grises de Bilbao. Las alfombras sobre el suelo de roble añade más grados a la vivienda.